Si antes de empezar esta preboda nos dicen que el resultado iba a ser el que vais a ver, no lo creeríamos. Ni en broma.
Si queremos amapolas y después de muchos kilómetros de búsqueda las encontramos; horas antes un tractor se las lleva por delante. Si conseguimos dos motos...las dos motos que dejan de funcionar. Abejovispas mutantes, conejos felices con sus lindas madrigueras (agujeroscabrones), y plantas carnívoras malévolas (por ser finos).
¿Pero sabéis que? Lorenzo y Cristina son grandes. Muy grandes. No sé si os pasará a vosotros, pero nosotros llevamos sonriendo desde ayer viéndo el reportaje. Contagian. Como ya dije ayer...son la sonrisa hecha pareja :)
Al final, ni amapolas, ni ruta en moto. Mucha improvisación y una pareja a la que no le hizo falta un paisaje espectacular. Ellos, su atrezzo personal (¡muy personal!), un atardecer y la sombra de un árbol.
Y sus sonrisas.
¡Muchas gracias por la tarde de ayer, sois unos cracks!